Todo lo que se expone al sol, crece
- Veronica Patino
- 19 jul
- 1 Min. de lectura
Hoy en la mañana estaba paseando a mi bebé en el coche y veo que en una maceta donde hay una planta, había empezado a crecer otra planta. Y me vino a la mente este pensamiento:
Qué increíble, como todo lo que se expone al sol crece.
Esa plantita "intrusa" con sólo haber encontrado un buen lugar, había sido capaz de crecer.
Luego me acordé que los rayos de sol son capaces de matar virus y bacterias. Y como mi hijo y yo estamos medios agripados, pensé que nos venía ideal.
Y pensé que en la vida espiritual es igual, cuando uno se expone al sol, que es Cristo, naturalmente va a crecer. En el Sagrario que es justamente la forma de un sol, es donde mejor podemos crecer, pero si no es posible ir siempre al Santísimo, pensé que también los rayos del sol nos ayudan y que tienen la misma eficacia y podemos encontrarlos en la oración, los sacramentos, la Biblia.
Y también, si nos exponemos al sol de Cristo, Él es capaz de "matar estos virus y bacterias", es decir ese pecado, esa pequeñez que nos hace daño y nos impide vivir nuestra vida en plenitud: la comodidad, la envidia, el egoísmo, la falta de interés, la indiferencia, la impaciencia...
Así que pensé en compartirte esto: expongámonos más al Sol para que el Señor nos ayude a crecer en santidad y así alcanzar esa versión que Él pensó cuando nos creó.

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